jueves, 27 de septiembre de 2012

La cotidianidad

Pienso que no tiene mucho sentido hablar de la política, de la crisis, de la posible falsificación de firmas que ha sacado a relucir el subdesarrollo de nuestra política. Y no porque estos temas carezcan de importancia, sino mas bien porque estos temas son abordados diariamente por la prensa, los analistas, los propios políticos y todo el establischment ecuatoriano. Por eso creo que se debe hablar de lo cotidiano, de aquello que no está en la agenda de los grandes medios de comunciación ni en la agenda de los políticos.

Hay cosas que suceden en nuestros pueblos (comunidades, parroquias, cantones) que no trascienden, sencillamente por que están en estos pequeños espacios territoriales. Esas pequeñas cosas dan identidad y pertenencia a ese pueblito donde nacimos o vivimos.

Por ejemplo, el domingo es un día donde  la gente sale al "pueblo" para "hacer las compras", "oir misa" y "parquear". Es una costumbre muy arraigada de identificar al centro de la parroquia o la cabecera cantonal con el término génerico de pueblo. Recuerdo mi niñez y luego adolescencia. Los domingos eran infalibles salir al centro parroquial de Oña. En esa época, por la década de 1980, no había ni carretera hacia la comunidad donde vivía con mi mamá,mi hermano, mis tías y prima.

Salir los domingos al centro era un momento especial, igual lo es hoy, solo que los jóvenes de ahora tienen mas ventajas: vías alas comunidades y por consiguiente vehículos para el traslado, las infaltables y ruidosas motos, a eso se suma el teléfono móvil para chatear con la "pelada" (vulgarismo ecuatoriano para referirse a la enamorada).

Esa cotidianidad, no se pierde ni se perderá. Nuestros pueblos son rurales, y esa característica de la ruralidad hace a las personas mas solidarias...

viernes, 29 de junio de 2012

Cosas de la vida



Quien creyera que la tencología haya evolucionado tanto, y que lo que antes se escribía en máquina de escribir, ahora se lo haga directamente en páginas virtuales donde no se utiliza ni corrector ni aquellas hojitas pequeñas que se insertaba entre el papel y los tipos de la máquina para enmendar los errores.

¡Ay! cómo anhelaba una máquina brother...Erán las más conocidas y sin duda daban status a quien lo tenía. Mi mamá y mi hermano me compraron una máquina de escribir azul, ya no me acuerdo la marca, pero las lestras que impregnaba en el papel eran un tanto toscas. Allí me acomodaba para hacer los trabajos del Colegio.

En todo caso, pese a no ser brother mi máquina de escribir, sin embargo los trabajos que hacía tenían buenas calificaciones, si no las mejores de mi curso.

En esa época, estamos hablando de los años 1985 al 1989, ni idea loteníamos que con el tiempo habrás las computadoras. Ni en películas de ficción podíamos ver, puesto que en aquella época en mi pueblo no había señal de televisión.

Mi pueblo, ubicado al sur de la Provincia del Azuay, del cual ostentamos que tiene origen español, y que con ese nombre existen al menos unos cinco pueblos mas en el mundo, se llama Oña. Gente humilde pero trabajadora habitan sus campos, mientras que en el centro lo poblaban, aún lo habitan sus descendientes, gente que por sus apellidos se creía la clase superior.

En aquella época lo que mas se escuchaba era la radio. Emisoras, sobre todo de Guayaquil, retumbaban en los valles y montañas. Huancavilca, la estación de la familia ecuatoriana, con su típica característica, que hasta ahora retumba en mi mente, Radio Cristal, la emisora más popular de Guayaquil, con la voz inconfundible de CARR (Carlos Armando Romero Rodas), el dueño de la radio. Estas eran las radios predilectas que siempre sonaban en un pequeño radio National, una verdadera joya.

¡Cómo aguantaba ese radio! ¡Cuántas caídas tuvo! en aquellas épocas en que empecé a sinotnizar CRE para escuchar los partidos de fútbol...Me volví fanático de los programas deportivos. Había empezado a escuchar las tranmisiones de fútbol por casualidad, cuando el Nacional le ganó al Bercelona en cancha neutral, en el estadio Bellavista de Ambato, no recuero si el marcador final fue 3 a 2, pero Nacional quedó campeón. Mi prima María, que para esa época ya había migrado a Quito, pero que estaba de visita festejó la victoria del Nacional, "bien hecho que les ganamos a esos monos" fue la frase mas o menos dicha. Y eso despertó en mi una admiración que lo llevaré hasta la muerte por el único bitricampeón del fútbol ecuatoriano, duela a quien le duela, y pese a quien le pese...

Pero eso no era todo, yo transmitía partidos imaginarios mientras cumplía labores propias del campesino de Oña. Y ustedes se preguntarán ¿cuáles eran esas actividades propias del campesino de Oña? Bueno, ir detrás de las vacas, los chivos o borregos; arar el campo con una yunta de bueyes; deshierbar la chacra, las huertas de yuca o de papa; ir a sacar el mishqui del penco para dar a los chanchos, etc, etc, etc..

Decía que yo transmitía partidos imaginarios de futbol, y luego soñaba con ser periodista deportivo para ir a conocer otras naciones que a mi me parecía lejanas, imaginaba tener una cadena de radios deportivas...y así cuántas ilusiones.

Como dije antes, nunca imaginé contar estas historias directamente en una página virtual, pero el cambio drámatico y los descubrimientos de la ciencia han sucedido de tal manera que ahora todo, o mejor dicho casi todo, se hace en base a la computadora y la internet.

Pero para ello la fuerza de mis sueños hicieron que pese a la escases de recursos económicos me empecinara en ir a la Universidad, a seguir lo que soñé: ser periodista, aunque no deportivo, y a tener aunque no una cadena de radios, pero sí una emisora que ahora ha suplantado a las otrora famosas radios guayaquileñas que casi ya ni se las escucha.

Hoy, cuando tengo cuarenta años cumplidos, llevo veinte de periodista, y estamos celebrando 11 años de la radio que ha significado un peldaño más en la concreción de mis sueños de chico...y espero seguir soñando...